OPINIÓN
A continuación reproducimos el artículo publicado recientemente del Dr. en Biología Marina César Contreras, del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno
¿Qué nos falta para ser “la” puerta de entrada a la
Antártica?
Por César Cárdenas, doctor en Biología Marina
Departamento Científico, Instituto Antártico Chileno
La Antártica, la ciencia y el cambio global están cada vez
más presentes en la opinión pública. A diario vemos a personalidades regionales
discutiendo en los medios de comunicación sobre este tema, muchas veces
haciendo referencia a nuestro papel como “puerta de entrada” al Continente
Blanco. Sin embargo, me pregunto: ¿podemos realmente atribuirnos ese cartel?
Si me hubiesen encuestado hace unos años, mi respuesta sería
un rotundo ¡no! Crecí en Punta Arenas, una ciudad que, por su diseño y actitud,
le había dado la espalda a sus aguas, no explotaba a cabalidad su privilegiada
posición geográfica respecto a ese territorio ni menos reconocía su rico
patrimonio polar.
Esta situación la vi más clara luego de haber realizado
estudios de postgrado en Nueva Zelandia, país en donde está Christchurch (43°
S), denominada la “puerta de entrada oficial a la Antártica”. Haga el ejercicio
de buscar en google la frase “official gateway to Antarctica” y verá que la
mayoría de los resultados apuntan al mismo lugar: la capital de la provincia de
Canterbury. Repita la búsqueda, pero ahora con la capital de Magallanes y
encontrará mucha menos información.
La experiencia kiwi (apodo usado comúnmente para los
habitantes de Nueva Zelandia) nos entrega un excelente ejemplo de cómo
aprovechar nuestra posición geográfica para desarrollar de mejor manera la
industria científica-logística antártica. Es importante subrayar que si bien
Christchurch tiene más habitantes que Punta Arenas (unos 360 mil
aproximadamente), Nueva Zelandia es un bastante más pequeño que Chile, ya que
solo posee 4.4 millones de habitantes.
Christchurch (ubicada a la altura de Chiloé) y el pequeño
poblado de Lyttelton, puerto desde donde partieron importantes expediciones de
la época heroica de la exploración antártica, han sido desarrolladas en torno a
la industria polar. Anualmente el negocio aporta a la región cifras superiores
a los US$85 millones. La misma página web de la alcaldía (www.ccc.govt.nz)
resalta cómo la conexión de la región con el continente austral enriquece su
oferta educativa y el quehacer científico, cultural, turístico y económico. Además,
se entrega una lista de servicios y actividades, e incluso un detalle de los
cuatro programas antárticos (Italia, Corea del Sur, Estados Unidos y Nueva
Zelandia) que tienen como base a Nueva Zelandia. La propia Universidad
de Canterbury posee programas de doctorado y magíster que generan conocimiento
y aportan divisas a la ciudad, a través de los estudiantes que llegan de
diversas latitudes. De esta forma esta zona del mundo se ha transformado
completamente para responder a las necesidades de los científicos, exploradores
y turistas en su paso hacia el sur del mundo.
Gestiones como la construcción de la primera nave de
investigación (Karpuj) del Instituto Antártico Chileno (INACH); la inauguración
de la
Estación Polar Científica Conjunta “Glaciar Unión” cerca del
Polo Sur; los mayores fondos de la Comisión Nacional de Investigación Científica y
Tecnológica y la masiva postulación a la XI Feria Antártica
Escolar; el Proyecto GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes y el sello
antártico de la
Escuela Manuel Bulnes ; el trabajo de las educadoras de la Junta Nacional de
Jardines Infantiles y la publicación local de libros de cuentos para niños del
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes; la creación de la guía turística
“Huellas Antárticas en Punta Arenas y el estrecho de Magallanes”, o los
anuncios del Gobierno Regional en torno al Centro Internacional Antártico, son
los cimientos sobre los cuales se construye nuestro rol como ciudad puerta de
entrada al continente austral.
Vamos por buen camino. Desde el INACH hemos dado importantes
pasos para cambiar nuestro estatus y el capital social de la región. Cada año son
más los investigadores que usan nuestros puertos y aeropuertos. Chile ha
triplicado el número de proyectos científicos en ese territorio en los últimos
siete años. Existe interés creciente de los países por propiciar la cooperación
internacional. Actualmente son 20 las naciones (incluido Chile) que operan en
el sector de la
península Antártica , 19 de los cuales tienen a Punta Arenas
como ciudad base, abriendo nuevas oportunidades de desarrollo para el país y
Magallanes.
Ahora es trascendente que otros actores de la sociedad,
tanto públicos como privados, se sumen a la tarea de empujar este carro (o,
mejor dicho en términos polares, trineo).
En ese sentido, la creación de entidades como “Antarctica
New Zealand”, cuyo propósito es “inspirar a las personas para conectarlas con
Antártica a través del conocimiento y la colaboración”, sería, sin lugar a
duda, algo que podríamos replicar. Una entidad como esa podría ayudarnos a dar
ese paso cualitativo para actuar de manera coordinada desde la ciudadanía,
academia, los negocios y el mundo de las artes y, de esta manera,
transformarnos verdaderamente en “la” puerta de entrada de la Antártica.
Aún nos falta camino por recorrer, pero se está avanzando.
Observo con gran expectación lo que está por venir. Espero que también ustedes
compartan este entusiasmo.
FUENTE: http://www.inach.cl